Publicado el 03 de Noviembre de 2023
Hasta el año 1956, en las escuelas francesas, los niños disfrutaban de un acompañamiento inusual durante su hora del almuerzo: vino. Esta práctica, considerada chocante en la actualidad, era una parte integral de la rutina diaria de los estudiantes. Cada alumno tenía derecho a cuatro vasos al día, una costumbre que arroja luz sobre las diferencias culturales y las normas sociales de esa época.
Antiguamente, en los comedores escolares, se vendía vino, cerveza y sidra. Sin embargo, la decisión de permitir o no estas bebidas quedaba a criterio de cada colegio. Algunos padres, incluso, incluían una bebida alcohólica de su elección, generalmente 500 ml de vino, sidra o cerveza, en el almuerzo de sus hijos para llevar a la escuela. En los casos en que las escuelas no permitían esta práctica, algunos padres alentaban a sus hijos a tomar vino con el desayuno antes de ir a la escuela. Estas bebidas estaban disponibles en la cafetería de la escuela, donde se animaba a los estudiantes a comprar y consumir aproximadamente medio litro al día.
Históricamente, el agua en Europa solía ser una fuente de enfermedades. En un tiempo en que la higiene y el tratamiento adecuado del agua estaban lejos de ser una realidad, las bebidas con bajo contenido de alcohol se consideraban seguras porque habían sido hervidas durante su elaboración. Así, los niños y adultos por igual bebían bebidas fermentadas en lugar de agua pura para evitar enfermedades transmitidas por el agua.
Es fundamental comprender que el vino y la cerveza que conocemos hoy tienen una graduación alcohólica superior a las versiones que se consumían en la antigüedad. En ese entonces, estas bebidas eran menos potentes y se consideraban una opción segura para hidratarse durante el día escolar. La baja graduación alcohólica también se alineaba con la necesidad de proporcionar una fuente segura de líquido para los estudiantes, especialmente en un momento en que las preocupaciones sobre la calidad del agua eran válidas.
Esta práctica, aunque desconcertante desde la perspectiva moderna, refleja la evolución cultural y social a lo largo del tiempo. La tradición del vino en las escuelas francesas hasta 1956 ilustra cómo las normas y percepciones en torno al alcohol y la seguridad alimentaria han cambiado drásticamente. A medida que las sociedades evolucionan, las costumbres y tradiciones también se adaptan para satisfacer las necesidades y expectativas cambiantes de las generaciones futuras.
En retrospectiva, esta peculiar tradición nos invita a reflexionar sobre cómo las prácticas sociales han cambiado con el tiempo y cómo las percepciones sobre lo que es apropiado para los niños han evolucionado. Aunque hoy en día esta práctica se consideraría inapropiada e insegura para los niños, nos ofrece una visión fascinante de cómo las sociedades pasadas abordaban cuestiones de salud y bienestar de manera diferente a lo que consideramos normativo en la actualidad.
En última instancia, la historia del vino en las escuelas francesas hasta 1956 nos recuerda que las tradiciones, por extrañas que parezcan en retrospectiva, son un testimonio de la complejidad y diversidad de las culturas humanas. Cada época tiene sus propias normas y prácticas, moldeadas por las circunstancias y valores prevalentes en ese momento. Estudiar y comprender estas prácticas pasadas no solo nos conecta con nuestro legado cultural, sino que también nos ayuda a apreciar la riqueza y diversidad del viaje humano a lo largo del tiempo.
En países como España y Francia, las leyes actuales prohíben estrictamente el consumo de vino en las cafeterías de los colegios no sólo por parte de los menores de edad sino también por parte del profesorado y los padres de los niños.
Estas regulaciones reflejan un cambio significativo en las políticas de alcohol, priorizando la seguridad y el bienestar de los estudiantes.
La prohibición se ha implementado para crear un entorno escolar completamente libre de alcohol, con el objetivo de proteger a los niños de posibles influencias negativas y promover un ambiente educativo saludable. Esta medida también está en línea con las preocupaciones modernas sobre el consumo responsable del alcohol y busca fomentar hábitos más saludables desde una edad temprana.
A través de estas leyes, los países como España y Francia, - a pesar de ser grandes productores de vino -, han establecido límites claros para garantizar la seguridad y el desarrollo adecuado de los niños en el entorno escolar.
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