Publicado el 06 de Noviembre de 2014
Para envinar la copa en una cata de vinos, se agregan unas gotas a la copa y se “pasean” en sentido circular por sus paredes, para que asuman los aromas de la bebida y alejen cualquier influencia extraña que pueda perjudicar una buena percepción del vino que se degustará.
Las copas de cata se lavan con agua y jabón inodoro y se aclaran con agua abundante. Después se dejan escurrir boca abajo, a ser posible colgadas y sin guardar en ningún armario. No se secan con paños para no impregnarlas de olores extraños.
Es frecuente envinar las copas antes de la cata: envinar es verter una cantidad mínima de vino en la copa cuando acaba de contener otro o viene de un lugar cerrado para que pierda así todos los olores anteriores y sólo tenga el del vino que queremos probar.
Al envinar, removemos el líquido dentro de la copa procurando que se extienda por toda su superficie antes de tirarlo.
Cuanto mejor es un vino más pena da desperdiciarlo, así que no demostréis en este trámite una generosidad mal entendida.
La copa se envina con el mínimo de vino necesario y si es posible ese mismo vino se pasa de copa en copa entre los catadores hasta que todas están envinadas y el último se encarga de tirar el vino utilizado.
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