La bodega, situada en la localidad de San Martín de Unx, inició su andadura en los años 90, fruto de la ilusión y el trabajo hasta esa fecha de su fundador, Máximo Abete, ligado al mundo del vino. En la actualidad, tras el fallecimiento de Máximo Abete en noviembre de 2011, sus dos hijas Yoanna y María Abete, junto con Juanma Priego, el marido de la primera, han tomado el relevo de este proyecto familiar.
Los tres jóvenes continúan con la esencia de esta pequeña bodega: la elaboración de vinos de calidad de una forma artesanal. Poseen 22 Has de viñedo propio, repartido en 15 parcelas diferentes, que ellos mismos trabajan empleando los métodos de la viticultura tradicional con el objetivo de obtener en sus vinos una singularidad característica.
Además, estos tres jóvenes viticultores y bodegueros, están aportando sus nuevas ideas dando impulso renovador al proyecto familiar. La recuperación y desarrollo de variedades locales autóctonas y minoritarias, el camino hacia producciones y métodos sostenibles y respetuosos con el entorno, el salto a los mercados internacionales o la oferta de experiencias enoturísticas activas; son algunos de los nuevos proyectos en los que trabajan.
Bodegas Máximo Abete es el proyecto de una familia que nos dedicamos a hacer vino en la localidad de San Martín de Unx dentro de la D. O. Navarra (España).
Tras 20 años dedicándose a la venta de vinos, Máximo Abete retomó la tradición vitivinícola de la familia con el objetivo de elaborar su propio vino controlando todo el proceso, desde la tierra a la botella. Fue en 1998 cuando vio la luz el primer Guerinda Crianza fruto de su ilusión y amor por el vino.
En la actualidad somos sus hijas, Yoanna y María, y Juanma, el marido de la primera, los que continuamos con la labor de elaborar vinos de calidad, aportando, eso sí, nuevos aires y nuestro empuje de juventud.
Mantenemos la misma idea con la que nuestro padre comenzó: el buen vino viene de la viña. Por eso, la viticultura es un pilar fundamental en todo nuestro trabajo. Trabajamos nosotros mismos nuestro viñedo y lo hacemos de forma natural y sostenible. Así respetamos el proceso biológico para que las vides encuentren un equilibrio natural con el terreno.
En total cultivamos 15 parcelas diferentes alrededor de nuestra bodega. Cada una tiene sus peculiaridades, por variedad, tipo de suelo, orientación o altitud; pero todas ellas comparten el terroir característico de la Baja Montaña. Esta zona es la más montañosa dentro de la D.O. Navarra y aquí las viñas están plantadas en las laderas del monte entremezclándose con el bosque y creando un bello y singular paisaje.
En la bodega elaboramos nuestros vinos de forma artesanal y con una mínima intervención para respetar las características de nuestra uva e intentar que los vinos GUERINDA no se parezcan a otros.
Elaboramos en depósitos de hormigón y de acero inoxidable, pero todos ellos de capacidades muy pequeñas. Así podemos elaborar el vino como a nosotros nos gusta: separando las uvas según su variedad y la parcela de la que proceden.
Apostamos por lo pequeño frente a las grandes cantidades y por el trabajo manual, frente a las producciones industrializadas.
Nos volcamos también en el Enoturismo, un enoturismo activo donde nuestros visitantes puedan sentir en primera persona las experiencias del mundo del vino, con visitas por el viñedo y almuerzos en el campo, además de las típicas catas o degustaciones.
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