Publicado el 06 de Noviembre de 2024
Para entender el vino de San Michele en Brasil, también tenemos que entender su legado cultural desde Trento, Italia, una herencia de miles de años de antigüedad. La cultura del vino es una tradición que se inició con los etruscos, y luego paso para los romanos, y llego hasta el cristianismo, hasta que un día cruzó el océano Atlántico y llegó a América, la bodega San Michele tiene esa raíz ancestral.
San Michele
San Michele, una bodega de Santa Catarina que produce vinos y espumantes que reproduce historias de amor, exhibe en sus vinos su conquistas, celebraciones y buenos recuerdos.
La bodega nació con un grupo de hombres, primero estudiando en el extranjero, y al llegar al Brasil colocaron las piedras para levantar los muros de la bodega, todo fue con gran sacrificio donde el enólogo hizo de albañil para levantar sus sueños.
Sus vinos todavía inmortalizan estos momentos a través de los sentidos y l0s recuerdos, llenándolos de sabor, aroma y color.
Nuestra historia - Bodega San Michele
Esta historia comenzó hace décadas atrás, en el antiguo Castillo de San Michele en Trento, Italia, cuando Marcelo Luiz Sardagna y Silnei Alberto Furlani, descendientes de Trentinos de la ciudad de Rodeio, Santa Catarina, empezaron su pasión por el vino y cruzaron el océano para especializarse en los métodos tradicionales de elaboración del vino del viejo mundo.
El regreso
El regreso tenía un poder muy simbólico porque es el camino que realizaron los italianos que realizaron del éxodo, al salir de su país al finales del siglo IXX Y principios del XX por la crisis económica generada por su unificación. De regreso a Brasil y bajo el patrocinio de la Madre Patria (Provincia Autónoma de Trento), en 1991 el sueño tomó forma: nació la Bodega “San Michele”, ya llena de historia y tradición.
VINUM
La palabra latina vinum deriva del etrusco y el latín a las lenguas europeas modernas, vino, vin, wine, wein, etc.
El árbol y la vid
La idea es hacer crecer una vid en la floresta de la bodega San Michele trepando se por una árbol , primero porque muchos podrán entender que la vida es una planta trepadora.. Parece ser que los etruscos cultivaban la vid desde la Edad del Bronce. Las primeras vides que se cultivaron fueron variedades silvestres, que los etruscos veían en el entorno natural y de las que ya habían aprendido a cosechar los frutos. Solo más tarde, el contacto con los pueblos delMediterráneo oriental, especialmente los griegos, les permitió importar nuevas herramientas y formas de trabajo, pero también nuevas viñas de origen oriental, que se cultivaban tal cual pero también se cruzaban con variedades locales.
Vid casada
En la bodega San Michele se está haciendo para exposición en la floresta una vida casada. Los sistemas de cultivo etrusco derivan de cómo las vides crecen espontáneamente en el bosque. En la naturaleza, la enredadera es un arbusto trepador, que, en el bosque, su entorno natural, tiende a utilizar un árbol portante (estaca) para alcanzar la luz en la medida de lo posible, pero no se comporta como un parásito, por lo tanto, sin interferir con el árbol al que se aferra. Este tipo de conducción se denomina vid casada, con la vid casi "casada" con el árbol sobre el que descansa. Las viñas se cultivaban en álamos, arces, olmos, olivos y árboles frutales. La vid casada ha llegado hasta nuestros días en los territorios de la civilización etrusca, especialmente en la zona de Caserta. La poda practicada por los etruscos era muy larga, por lo que la vid tendía a crecer mucho, incluso con sarmientos muy largos. Para la cosecha se usaban las manos desnudas o hoces, en escaleras apoyadas en los árboles, o con herramientas largas. En la época de los etruscos, la viticultura no era una actividad especializada y, por lo tanto, los viñedos eran promiscuos con otros cultivos, como cereales, olivos, árboles frutales y más. Fueron los etruscos quienes transmitieron la cultura de la vid y el vino a los romanos, gracias al segundo rey de Roma, Numa Pompilio, de origen etrusco.
El vino en las celebraciones religiosas etruscas
Los rituales relacionados con el vino ya estaban presentes en Etruria desde finales de la Edad del Bronce, pero fue a raíz del contacto con la cultura griega cuando el vino entró en las celebraciones religiosas, especialmente las fúnebres. De hecho, entre las deidades más importantes para la religión etrusca se encontraba Fufluns, muy similar al dios griego Dioniso, con el que más tarde se le identificó. Durante las ceremonias religiosas en honor del dios, a través de la embriaguez del vino, los iniciados experimentaban una especie de escape de la realidad que podía prefigurar un destino feliz en el más allá. Fue a partir del siglo IV a.C. cuando los cultos dionisíacos tuvieron su máxima difusión y también comenzaron a extenderse hacia Roma.
La vitivinicultura de Trento
La viticultura de Trentino cuenta con tradiciones antiguas y nobles. El origen se remonta a la época prerromana, como lo documenta la "situla etrusca" encontrada hace aproximadamente un siglo en Cembra, el centro del valle del mismo nombre; sin embargo, no fue hasta más tarde, en la época de Augusto, como atestigua Plinio, cuando los vinos de Trentino, entonces llamados "Réticos", se hicieron famosos.
El regreso a las fuentes de Marcelo y Silnei
Motivados por develar los secretos milenarios de los vinos que nacieron en tiempos etruscos, los jóvenes se adentraron en los épicos muros centenarios del renombrado Instituto San Michele all'Adige en Italia, para asimilar las técnicas de la gran viticultura. Después de años de concentración y esmerado estudio, Marcelo y Silnei comenzaron la búsqueda de la fórmula perfecta, especializándose en las bodegas más renombradas del norte de Italia. Esta historia es un ejemplo del regreso a las raíces para extraer la parte más valiosa del legado cultural.
Brasil
Al retornar al Brasil y bajo el patrocinio de la Provincia Autónoma de Trento, en 1991 consiguieron levantar los muros de su bodega, así nació “San Michele”, son vinos llenos de bellísimas historias y tradición secular.
En el subsuelo del centro histórico de Trento vive el antiguo Tridentum romano, el splendidum municipium, como lo definió el emperador Claudio en el año 46 d.C. Hacia mediados del siglo I a.C. por razones estratégicas, los romanos fundaron esta ciudad, una importante guarnición para controlar el valle del Adigio a lo largo del eje principal de carreteras que conecta el área mediterránea con Europa central.
Tridentum, La Trento romana
El antiguo Tridentum tenía un trazado urbano regular y estaba bordeado por tres lados, respectivamente al sur, al este y al oeste, por un muro cortina, fuera del cual corría un foso; en el lado norte, sin embargo, estaba protegida por el Adigio. La ciudad ocupaba una superficie de unas 13 hectáreas y estaba dividida en manzanas rectangulares delimitadas por calles (cardos y decumanus) que se cruzaban ortogonalmente y al final de las cuales, cerca de las murallas, había torres de defensa. Bajo la actual Torre Cívica, en la Piazza Duomo, se encuentran los restos de la Porta Veronensis, una entrada monumental a la ciudad, construida en el siglo I a.C. Debajo de la Catedral se encuentran los restos de la antigua basílica paleocristiana de San Vigilio, erigida fuera de las murallas de la ciudad. En Via Rosmini es posible visitar la Villa Romana de Orfeo, construida en lo que se cree que fue un sector de la ciudad reservado para prestigiosas villas residenciales. En el sótano del prestigioso edificio de Casa Terlago, que da a Via Belenzani, se ve un corto tramo del cardo maximus, pavimentado con grandes adoquines de piedra caliza local de varios tamaños. Bajo la Piazza Cesare Battisti es posible visitar el espacio arqueológico de la S.A.S.S., un área de 1700 metros cuadrados que corresponde a un gran barrio del antiguo Tridentum. Tras las obras de renovación de Piazza Lodron, se han podido sacar a la luz los restos de una antigua tienda de vinos. Por último, en la cima de Dos Trento se pueden visitar las ruinas de una antigua basílica paleocristiana que data del siglo V d.C.
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