Publicado el 12 de Agosto de 2021
BODEGA DEHESA DE ITUERO
EL CUBO DE DON SANCHO (SALAMANCA)
Bodega Dehesa de Ituero está situada en el antiguo pueblo Ituero de Huedra, en plena dehesa salmantina. Un conjunto de fincas que confluyen en un punto central donde se encuentra la bodega presidida por la Iglesia de Ituero, una preciosa iglesia románica.
Esta finca familiar fue adquirida por Ezequiel y Teresa en 1990. Ezequiel tuvo la ilusión de retornar al lugar donde había nacido y disfrutar del campo y la naturaleza.
Para ello compró esta finca con más de 660 hectáreas y rehabilitó las distintas casas del antiguo pueblo que allí se encontraban.
Además de Ezequiel y Teresa nos acompañan en nuestro recorrido por la finca, Alfonso Medina el enólogo de la bodega, Quini Cuadrado y Maxi Nogales personas responsables de su mantenimiento.
Esta espléndida finca de encinas, robles y alcornoques está dedicada a la cría de ganado vacuno Morucha y cerdo ibérico. La vaca morucha es la raza autóctona salmantina y su nombre viene dado por el color grisáceo de su piel y de su morro.
En nuestro recorrido nos vamos cruzando con las más de 300 vacas moruchas que viven aquí en absoluta libertad en un entorno idílico para ellas.
También pudimos visitar la zona donde se encuentran los sementales que utilizan para la cría. Estos enormes toros han conseguido que esta ganadería sea actualmente una de las más premiadas en concursos morfológicos de pureza de raza.
Seguimos nuestro recorrido por donde la vista no llega a alcanzar las lindes de la finca llegando al río Huebra situado al noroeste de la misma.
Bordeando este río nos encontramos una gran cantidad de cerdos ibéricos donde enormes encinas son las encargadas de alimentarles durante la montanera, ultima fase de la cría del cerdo ibérico en la que dejan pastar libremente al cerdo para que su alimento fundamental sea la bellota.
Este es otro lugar donde los animales campan a sus anchas disfrutando de una alimentación natural y un maravilloso entorno.
Un paraje donde tanto los cerdos ibéricos como las vacas moruchas se acercan a beber agua en un río lleno de nenúfares, nutrias y cangrejos que tuve la oportunidad de tener en mis manos … el entorno no podía ser más auténtico !!!!
Un vez vista esta parte de la finca nos desplazamos a los viñedos de la bodega. Una bodega que surgió en una tarde de verano de 2006 en una sobremesa de Ezequiel y Teresa con un grupo de amigos. Disfrutando de sus premiados embutidos y productos cárnicos notaron que el vino que los acompañaba no estaba a la altura de la gastronomía decidiendo crear uno que fuese el fiel reflejo del terreno y del lugar para maridarlos.
Después de estudiar el terreno y solicitar la ayuda de expertos viticultores quisieron crear un proyecto con alma, nacido de la pasión por la finca, en una zona rodeada de robles y encinas sin ninguna tradición vitivinícola ni viñedos en muchos kilómetros alrededor.
Una microbodega muy singular de producción limitada que elaborase unos vinos de gran calidad a la altura de su premiada ganadería y que plasmase la autenticidad de su querida Dehesa de Ituero.
Plantaron en el pago Besana de Montaraz, el lugar más adecuado de la finca, las variedades más idóneas por el clima y el terreno. En dos hectáreas y media se encuentran cepas de Syrah, Tempranillo y Merlot para sus tintos y Viognier y Verdejo para su blanco con una gran densidad de plantación para que las cepas produzcan por estrés pocos racimos pero con una gran concentración.
Después nos trasladamos a uno de los edificios restaurados que en otro tiempo fue el pajar de la finca y hoy es la bodega Dehesa de Ituero.
Una construcción de 1907 que alberga los depósitos de acero inoxidable donde, tras una exhaustiva vendimia manual en la que participa con entusiasmo todo el pueblo, fermentan sus vinos.
Todo pensado, ideado y dimensionado en esta microbodega para crear vinos en pequeñas cantidades pero con todos los avances tecnológicos necesarios para elaborar con la mejor calidad.
Pasamos al antiguo comedero de bueyes, hoy en día la Sala de Barricas donde envejecen sus vinos.
Esta antigua construcción de piedra y altos techos de madera ha sido restaurada respetando los antiguos comederos de piedra y las argollas con las que sujetaban a los animales.... el lugar no puede ser más original !!!!
Nuestra cata comenzó con el vermú que elaboran con su vino rosado. Un vermú muy aromático, ligero, suave y con el dulzor justo, sin empalagos.
Después, Alfonso nos brindó la oportunidad de catar sus vinos directamente desde las barricas como a mi me gusta, descubriendo como van evolucionando en las diferentes añadas.
Catamos su coupage de Syrah y Merlot con 12 meses en barrica envejecido en diferentes tostados con barricas nuevas y más viejas … así pudimos apreciar los diferentes matices que generan cada una de ellas y con los que posteriormente crearan el coupage definitivo que saldrá al mercado.
Nuestra cata finalizó complementada con los estupendos productos de cerdo ibérico … un perfecto maridaje !!!
Solo me queda agradecer a Ezequiel y Tere, artífices de este bonito proyecto, la visita que me han brindado. Me ha encantado recorrer la finca y pasear entre su ganadería en un entorno espectacular donde han conseguido crear unos vinos de dehesa salmantina con mucha personalidad.
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