Publicado el 15 de Agosto de 2014
La Cata (llamada también - coloquialmente pero no acertadamente - examen organoléptico o análisis sensorial) es el procedimiento para apreciar las cualidades de un vino mediante los sentidos de la vista, el olfato, el gusto y el tacto bucal. Catar (o degustar) es someter un vino a nuestros sentidos para intentar conocerle y determinar sus características, y finalmente apreciarlo.
Las seis dificultades más frecuentes que encontramos en las catas de vino son:
1. Su carácter subjetivo:
Desde que nacemos tenemos percepciones de olores y sabores muy distintas.
Aunque un gran porcentaje de las personas guardan similitudes en cuanto a gustos alimenticios, otro porcentaje – quizás menor – discrepa tajantemente con estos gustos más valorados.
Es muy frecuente observar como a ciertas personas, en relación a los alimentos, prefieren los sabores dulces, otros los prefieren salados, y otros tantos con sabores más ácidos.
Por esta subjetividad reinante, lo cierto es que un catador no va a valorar de igual modo un vino dulce, de un vino semiseco, ya que su dependencia intrínseca por este tipo de sabores no se lo va permitir.
2. La imposibilidad de valorar o medir con cifras un aroma o sabor, sólo se pueden comparar.
Ciertamente no es posible graduar el aroma del 1 al 10. Un vino es comparable a otro pero no medible en intensidad de aroma o sabor. La subjetividad del catador y su estado físico de por ejemplo hambre, sed, cansancio, estado anímico, etc… juega un papel decisivo en esta hipotética graduación.
3. La influencia de las condiciones de la cata.
Los seres humanos poseemos componentes anímicos y de estado de humor, a veces difíciles de entender. Como decíamos en el apartado anterior circunstancias endógenas y exógenas nos influyen en el momento de una cata de vino.
También hemos de resaltar en este apartado las condiciones del lugar de la cata.
Hay que tener en cuenta:
a) la ausencia de ruidos.
b) una adecuada temperatura.
3) una correcta iluminación.
4) un adecuado estado higrométrico.
5) una correcta aireación.
Asimismo la copa de vino que se va a destinar para la cata debe de ser la correcta. Según los expertos, en su composición, debe tener mínimo un 2% de plomo.
4. El estado de salud del catador
El catador debe de estar descansado, dispuesto, con buena salud y la mente despejada.
Los factores que influyen en el catador son:
- El genotipo.
- el sexo.
- la edad.
- las razas.
- otros factores: tabaco, alcohol, estado de hambre o saciedad, la hora de la cata, la calidad de la prótesis dentaria, etc.
5. La dificultad de codificar el lenguaje del catador
La complejidad del lenguaje utilizado en la cata de vino por Sumiller o Sommelier especializado, - en algunas ocasiones- dificulta entender las explicaciones del vino objeto de cata.
Es muy importante que el Sumiller tengo la virtud o la capacidad de poder transmitir con éxito su conocimiento y valoraciones del vino. No resulta fácil encontrar a un Sumiller que interactúe con su público en la explicación de la cata.
6. La gran variedad y diversidad de vinos que existen
Existen miles de tipos de vinos distintos en el Mundo. Resulta harto complicado poder aprender a diferenciar entre un vino y otro. Se requiere tiempo, ilusión, ganas, y mucha experiencia.
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