Publicado el 31 de Agosto de 2020
Autor: Guillermo César Gómez
Marcelo que se inició dándole charlas informales de vinos en su casa a sus amigos en Río de Janeiro, y de esas conferencias modestas surgió un libro.
Hoy Marcelo es uno de los principales formadores de opinión de la industria vitivinícola, y ya ostenta una expresiva carrera internacional.
Y fue reconocido como el periodistas de vinos más influyente de Brasil por la revista Meininger´s Wine Business International, con circulación en 40 países.
Marcelo tiene la ventaja de manejar todos los niveles de comunicación, puede explicar desde cómo se toma una copa, hasta las sutiles diferencias en las técnicas a la hora de elaborar un espumoso.
Marcelo es colaborador de varios medios en Brasil y en el exterior, es columnista de vinos de las revistas Veja São Paulo y Veja Rio, y durante diez años fue columnista del diario Gazeta Mercantil.
Es tan amplia su participación, dado que es profesor de varias instituciones y jurado en decenas de concursos internacionales de vino en todo el mundo, como el International Wine Challenge (Londres).
Copello además es un viajero incansable, visita bodegas, enólogos y empresarios, asiste a eventos, y mientras cata miles de vinos,y con el tiempo que le resta escribe.
Copello tiene siete libros publicados, miles de artículos, y las publicaciones están en diferentes idiomas.
También se posicionó en plataformas digitales con la inauguración de su sitio web, y está presente en Facebook, Instagram, Youtube y Newsletter.
Copello no es solo un gran conocedor de vinos, también está especializado en su mercados y negocios.
Aquí les dejo algunas de las interesantes reflexiones de Marcelo Copello:
El vino no solo combina bien con la comida o la música, como ya he hablado, también combina bien con una ocasión o contextos específicos. Las circunstancias definitivamente pueden influir en nuestro aprecio por una buena botella. Nuestro estado de ánimo, la gente con la que bebes, la temperatura de la habitación, la música, la iluminación, la decoración, la vista, la temporada. Todo lo que se bebió antes y lo que planeamos beber después.
La ocasión completará el significado de la experiencia sensorial. Por pura diversión, podemos delinear una clasificación de vino de la siguiente manera:
Algunos vinos, como algunas piezas musicales, juegan un papel específico. Por ejemplo, los preludios o aperturas, preparan nuestros oídos para lo que vendrá después. Podemos, por tanto, llamar a estos vinos, vinos de introducción, cuya función es agudizar y preparar el paladar.
En cuanto a los vinos conversacionales, su propósito es la confraternización y el compañerismo, como en los poemas de Neruda: sociables, bebiendo al son de cuentos y risas.
Los vinos de pretexto son meras distracciones, también conocidas como vinos de entretenimiento, juegan el mismo papel que las palomitas de maíz para los cinéfilos.
Creo sinceramente que si un importador de España quiere introducir sus vinos en estas tierras, obligadamente tiene que asesorarse con Marcelo Copello.
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