Restaurante Las Quebrantas. Somo, Cantabria.

Publicado el 09 de Abril de 2021

Cuando las cosas surgen sin querer suelen salir bien y se disfrutan más. Esa es la realidad de mi experiencia en este gran restaurante de Somo en un pueblo precioso y costero en Cantabria. El cual recomiendo "de viva voz" tanto el restaurante como el pueblo.

Autor: Víctor Rivas Estefanía.

Emiliano Martín y su mujer Josefina Casado fundaron este restaurante en marzo del año 1996. Grandes profesionales él en los fogones y ella al mando de la sala con una gran sonrisa de esas que te alegran el día y te explican todo perfectamente, elaboración de platos, vinos y lo que sea. Muy agradable.

Lo primero que probe de aperitivo nada más llegar fueron unas rabas de calamar fresco..., sencillamente espectaculares como se puede apreciar en la imagen.

Para ya seguir con una ensaladilla de pulpo con pimentón de la Vera (en embulsión). Rica, suave, fina y super fresca. Ideal para el día el calor del día en cuestión. Esto lo mandamos con el vinito que catamos previamente para el aperitivo.

Selección de vinos de armonización de los diversos platos gastronómicos.

Un Palacio de Canedo 2019, de Prada. Varietal de Godello con 13,5° muy suaves. De capa muy baja, limpio y brillante. De color amarillo pajizo con ribete transparente. Super floral, a mí de vino ese jazmín potente pero sin molestar, en menor medida esos lichis, un toque herbáceo suave y agradable. Una acidez y alcohol muy bien integrado y un sabor final largo.

Continuamos con unos langostinos a la plancha frescos de Magadascar. Sinceramente opino que la gente está muy equivocada con ellos al menospreciarlos, porque como todo, si trabajas una buena calidad son tersos, suaves, gran sabor,de bigote largo, es decir frescos que al meterles un poco el diente te dan una explosión de sabor expectaculares.

Y esta maravilla lo maridamos con un impresionante vino espumoso pasiego de la tierra, Castillo Pedroso de aquí de Cantabria de bodegas Sel D'aiz llamado "Maldita la hora" Varietal de Riesling, 24 meses en rima. De capa media sin apenas lágrima, 12° color amarillo dorado de ribete transparente. Con aromas tropicales a mango, fruta de la pasión, fruta blanca de hueso a albaricoque y melocotón. La madera perfectamente ensamblada, nada cargante, de burbuja fina, fresco, ligero, largo de sabor y nada empalagoso. Una verdadera maravilla.

Continuamos con un solomillo al foie, el mio al punto, pero bien hecho, caliente por dentro, una buena ración. Carne de Tudanca, autóctono. Acompañado de un Pago de Carraovejas del 2017. Poco hay que decir de este vino. Color granate con ribete rubí. Muy frutal, cereza, frambuesa, ciruelas. Aroma a vainilla y regaliz. Redondo y muy bien equilibrado. Post-gusto largo. Esto nunca falla.

Y para cerrar de postre una Torrija de sobao pasiego con un helado de orujo de Liébana. Esponjosa, fruta al momento, rica y dulce sin ser empalagosa y el helado casero muy rico,cremoso, sabroso y un ligero toque de licor.

Acompañado de una Limonada de Prada. Un vino artesanal hecho en el Bierzo de manera artesanal, macerando la fruta fresca en vino y añadiendo un poco de azúcar. Servido con bien de hielo, rico, interesante, sabroso y no es excesivamente azucarado. Tiene un toque dulce sin pasarse, equilibrado.