Publicado el 28 de Julio de 2017
La llamada uva tintorera se cultivaba originariamente en la Manchuela, cuyo cultivo llegó casi a perderse en la crisis filoxera y demás devenires. Por suerte ha sido en parte recuperada pero en gran parte ha sido sustituida por Alicante Bouschet (Garnacha tintorera de grano pequeño) obtenida en 1855.
Las bayas de la tintorera son de tamaño medio, de sección circular y forma esferoide, con epidermis azul muy oscuro, con ombligo persistente. Una de las características más notables es que tiene el hollejo grueso, con mucha pruina, así como una pulpa fuertemente pigmentada, compacta, carnosa y muy jugosa. Mucho color pero floja de sabores intensos, es más bien de sabor neutro.
Es sensible al mildiu, oídio y escoriosis. Tras años de debate, recientes estudios han confirmado que es un cruzamiento entre Garnacha y Petit Bouschet, situando su origen en Francia.
Esta uva ofrece unos mostos intensamente coloreados, con graduación elevada, muy tánicos y ásperos, con equilibrada acidez. Capaz de vinos muy densos, alcohólicos, coloreados y con aromas a frutas rojas intensos.
En realidad la garnacha tintorera aporta la capa de color que otras uvas no poseen, y se abre así camino en muchas regiones. Es una variedad que no se suele vinificar sola, sino que se utiliza para aportar color a la mezcla.
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