Publicado el 18 de Noviembre de 2024
Bodegas y viñedos de la Quinta do Campo Alegre
Este emprendimiento de la cultura erudita del vino se inició en 2011, con cultivos de vitis viníferas, fue en un campo que antes se utilizaba para criar cerdos. Hoy allí se cultivan siete variedades; Shiraz, Tempranillo, Pinot Noir, Tannat, Malbec, Sauvignon Blanc, Cabernet Franc y Merlot.
Los campos son regados por goteo, y están a 1393 metros a nivel del mar, la amplitud térmica varia entre los 5 grados y 18 grados en un mismo día. Los viñedos son cuidados con la técnica de la doble poda y tienen mínimas intervenciones.
La uva Sauvignon Blanc tiene una historia interesante, porque llegó por error, ya en tiempos de vendimia, el especto de las uvas continuaba verde, produciendo extrañeza, hasta que se midió su maduración, para sorpresa de los propietarios las uvas ya estaban maduras y listas para ser vinificadas. Esta uva es fermentada en barriles de roble francés y ha sido premiada en un concurso donde había vinos franceses y chilenos.
Ana Julia Duarte de Andrade
Los padres de Ana Julia son Leonardo Andrade y su madre Patricia, su esposo es Luiz Felipe Ramalho de Olveira. Todos trabajan en la Quinta do Campo Alegre.
Enoturismo
La Quinta de Campo Alegre ofrece enoturismo, a través de visitas y eventos. Hoy realiza dos tipos de visitas: La Experiencia Quinta do Campo Alegre, en la que hay un paseo por el viñedo, un recorrido por la bodega y una degustación maridada con una tabla de embutidos y La Ruta Artesanal que implica un recorrido por Estancia Braúnas, Quinta do Campo Alegre y Cervecerías Reliquias.El menú se destaca con Queso, Vino y Cerveza.
Además, ofrece eventos enogastronómicos, en los que están invitados chefs locales, también tienen olivos, desde 2011 en los inicios del proyecto.
Diamantina
Diamantina, a casi 300 kilómetros de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, es una ciudad que conservo su patrimonio arquitectónico colonial, noches cortejada por músicos, y de alfombras musulmanas, y un clima de belleza y encanto permanente.
Los vinos y las alfombras
La producción de vino en la región de Diamantina en los siglos XIX y XX. La artesanía de alfombras de Arraiolos es uno de los fuertes legados que dejaron los portugueses en Diamantina, una ciudad histórica de Minas Gerais, a 300 km de Belo Horizonte, en el valle de Jequitinhonha.
Los portugueses
Los portugueses que llegaron a Brasil introdujeron gran parte de su cultura, gastronomía, costumbres y estilos de barroco colonial arquitectónicos en Minas Gerais, y Diamantina recibió una fuerte influencia de la cultura y gastronomía portuguesa, por ejemplo, en la introducción de bodegas en la región en el siglo XVIII. Antes Incluso con la llegada de inmigrantes europeos al Sudeste y Sur del país a finales del siglo XIX y principios del XX, responsables de la introducción de la cultura del vino en Brasil, ya se producía vino en Diamantina.
Los diamantes
Diamantina fue el mayor centro de extracción de diamantes del planeta tierra en el siglo XVIII, Su arquitectura civil destaca especialmente por la extrema homogeneidad de sus casas. La ciudad tiene un lenguaje estético caracteristico, es sobria, sencilla pero muy refinada. Sus fachadas son bien geométricas y su patrón se reprodujo sistemáticamente por toda la ciudad, sin rupturas estilísticas importantes.
Saint- Hilaire
Un botánico francés, Augustin François César Provensal, conocido como Saint-Hilaire, viajó por Brasil desde julio de 1816 hasta agosto de 1822, durante el cual realizó extensas investigaciones sobre plantas, animales y minerales y luego transformó sus conocimientos en libros que retrataban sus descubrimientos y hallazgos.
Los vinos con historia
Entonces, algo que mucha gente aún no sabe es que la historia de Diamantina también tiene un capítulo sobre la elaboración de vinos elaborados principalmente con uvas vitis vinifera, de las que se obtienen vinos finos.
En el siglo XIX, la localidad ya contaba con algunas especies de uvas portuguesas y francesas y la producción de vino fue estimulada principalmente por el clero a través del primer obispo de la región.
Hacia 1918, la filoxera –enfermedad provocada por el ataque del pulgón a las raíces, que se originó en Europa por culpa de las uvas norteamericanas, también alcanzó a los viñedos de Diamantina. Y luego, la actividad comenzó a declinar, continuando sólo con la producción de uvas vitis labruscas, especialmente Isabel y Niágara, por ser resistentes a la plaga norteamericana.
La estación de enología
En 1940, la producción de uva cobró impulso gracias a nuevas inversiones impulsadas por el presidente JK con la implantación de una estación de enología en Diamantina. A partir de 1964, con el Golpe Militar, se paralizó la aplicación de recursos en la zona, llegando casi a la desaparición de esta práctica.
El gran nuevo comienzo del siglo XXI
Otra observación interesante de Saint-Hilaire es la observación de que en algunas regiones las uvas cosechadas durante la estación seca eran de mejor calidad que las cosechadas en el verano. Probablemente este fue otro indicio de que, a partir de 2001, la investigadora Murillo de Albuquerque Regina comenzó a implementar en los viñedos de Minas Gerais la técnica de la doble poda, que consiste en invertir el ciclo de la planta y cosechar las uvas en invierno.
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