Publicado el 17 de Octubre de 2014
La principal hipótesis respecto a la denominación “pisco” usada para designar a los aguardientes o destilados de vino del Norte Chico, apunta al hecho que la mayor parte de dichos productos comercializados en el Virreinato del Perú –el principal destino comercial de la época- eran ingresados a través del puerto de Pisco, situado al sur de Lima, por lo que era frecuente la diferenciación que se hacía durante el siglo XVIII – siglo durante el cual Chile se consolidó como el primer productor de uvas y vinos de América- de los mejores aguardientes, a los cuáles de les escribía la palabra “pisco” en el envase, generalmente una botija de greda, para no confundir su destino a la hora de embarcarlos.
De allí habría devenido una natural separación entre los destilados de uva del Norte Chico –principalmente “piscos”- y los de la Zona Central, en su mayor parte destilados de orujos destinados al consumo local.
El incremento sostenido de la producción de pisco durante la segunda mitad del siglo XVIII generó condiciones de entorno cada vez mejores para la consolidación de una verdadera industria de destilación radicada en los valles del Norte Chico, donde una cantidad importante de hacendados lo consideraron como un negocio rentable, y se decidieron a invertir en él.
Tras la consolidación de la Independencia de Chile en 1818, fue formalizado al año siguiente el decreto –firmado por el mismísimo O`Higgins- que aprobaba la creación de las primeras patentes de construcción de los alambiques que se usarían en la destilación del pisco, sustituyendo a los viejos artefactos importados desde España y del Perú.
En los inicios de la vida republicana, los destiladores de la región de Coquimbo, con el Valle del Elqui a la cabeza, comenzaron un rápido y sostenido proceso de consolidación de la Industria del Pisco, entre los que destacaron los primeros grandes industriales del pisco: Juan de Dios Pérez Arce y Samuel Zepeda Ibáñez, quienes obtuvieron no sólo las primeras patentes formales para la destilación de pisco, sino además, son considerados hoy como los fundadores de la industria. En 1861, Pérez Arce, antiguo notario de la ciudad de Vicuña, fue el primero en comercializar a gran escala la marca “Pisco Italia”, en rigor, la primera marca de pisco, seguida de "Pisco Cóndor", fechada el año de 1883 en el registro del Conservador de Vicuña.
Por otra parte, en 1874, un año después que se abriera el registro oficial de marcas, el empresario Juan de Dios Peralta instaló en La Serena un taller de destilación que es considerado como la primera instalación industrial de pisco conocida en Chile, desde donde emergerían luego las marcas “Tres Cruces”, “Chañar blanco”, “Porvenir” y “la Unión”, ésta última, de la localidad de Paihuano (de esta misma localidad aparecería el famoso “Pisco Hernández”, destilado por Luis Hernández y sus hijos, quienes más tarde contribuirían a formar Capel). Piscos que fueron enviados de manera sistemática a los diversos concursos internacionales, entre ellos la Exposición de Burdeos (1882), Liverpool (1885) y París (1889).
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