Publicado el 15 de Diciembre de 2016
Los vinos espumosos cada vez están más aceptados para abrir las comidas en vez de ser el broche final. El Cava puede ser un acompañante ideal para los entrantes. Los nuevos tipos de ensaladas, que combinan frutas o vinagres suaves, hacen que el cava pueda ser el complemento ideal para empezar una comida.
Por ejemplo como entrante el jamón ibérico, sobre todo acompañado con pan con tomate, es ideal para combinar con cavas de crianza, ricos en aromas reductivos y de envejecimiento.
Para el marisco, el pescado, los arroces, en general los entrantes, escogeremos un Cava Brut o Brut Reserva, afrutado, con un punto de acidez estimulante y fresco.
La carne desde luego es la reina del maridaje con los buenos tintos, pero también es posible disfrutarla con un buen cava. Destacar la armonía del cava con las aves y las carnes blancas. El cava es un excelente acompañante del cordero, estofados, carpaccios, foie gras, barbacoas. Las carnes, los asados y en general las viandas condimentadas y de preparación laboriosa reclaman un Cava Brut Nature Gran Reserva, con más cuerpo y amplitud para acompañar estos platos consistentes, sin perder su personalidad.
Para la repostería elegiremos un Cava Semiseco o Dulce, de cierta edad, complemento ideal de los postres por unir suavidad y frescor.
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