Publicado el 23 de Abril de 2016
Algunos alimentos, como el chocolate, el vino, la cerveza o las conservas de pescado, cuentan con una alta concentración de aminas biógenas, como la histamina, tiramina, feniletilamina, serotonina. Su exceso en el organismo puede causar cefaleas, los compuestos fenólicos presentes, como los flavonoides, anulan la acción de las enzimas que destruyen esas aminas biógenas, con lo que se produce un aumento de su nivel en el organismo y, por consiguiente, el riesgo de sufrir migraña.
Otro mecanismo de cefalea es por el efecto a nivel renal, el etanol bloquea una hormona en el riñón que se llama hormona antidiurética, lo cual hace que la producción de orina se incremente, esto produce deshidratación, lo que explica la sed al día siguiente, la deshidratación a nivel del sistema nervioso central afecta las meninges y causa también cefalea.
A diferencia de lo que se piensa el alcohol es un depresor del sistema nervioso central (SNC), no un estimulante, sin embargo, inicia su depresión por la corteza cerebral, que es la que inhibe las conductas emocionales primarias, función necesaria para la convivencia social, es por ello que se presenta un estado de relajación y euforia, sin embargo, si posteriormente su concentración en sangre aumenta, se irán inhibiendo en forma descendente las otras funciones en el tronco cerebral, y se presentará en forma secuencial, agresividad, incoordinación motora, somnolencia, estupor, falta de control de esfínteres, coma, (0.55% aprox. 5 g de alcohol por litro de sangre) hasta llegar el efecto depresivo al centro respiratorio y producir la muerte.
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