Publicado el 18 de Diciembre de 2014
Abrir una botella de vino es una acción sencilla que si se lleva a cabo con delicadeza mejora la experiencia de beber y compartir un buen vino.
Da lo mismo el tipo de vino que sea, pero a mayor edad (crianza, reserva ...) mucho más cuidado aún. La botella se pone en posición vertical y no se debe mover en absoluto, o al menos, moverla lo menos posible. Así evitamos que cualquier tipo de poso o sedimento pueda enturbiar el vino al revolverse por el movimiento.
El vino debe ser descorchado media hora antes para que el liquido se oxigene y desaparezcan algunos olores a cerrado, que no tienen nada que ver con el propio del vino.
El procedimiento de descorche es el siguiente:
La cápsula de la botella se puede cortar con la cuchilla que lleva el sacacorchos “de camarero”, con un corta-cápsulas, o con un cuchillo, pero siempre es recomendable cortar por debajo del segundo gollete. Hay que retirar completamente la parte superior de la cápsula para evitar cualquier contacto del vino con el metal.
Clave la punta del espiral justo por el centro del corcho y enrósquela hasta el fondo manteniéndola derecha. Es el sacacorchos el que debe girar y nunca la botella. Evita hundir el sacacorchos totalmente pues puede desprender restos de corcho dentro del vino.
E xtraiga el corcho lentamente. Cuando falte muy poco para salir hay que realizar movimientos circulares para permitir la entrada de aire y que el corcho salga haciendo el menor ruido posible.
Siempre se debe limpiar la boca del botella, una vez descorchado, antes de proceder a servir el mismo. Una servilleta o un trapo limpio, será suficiente para pasarlo por la boca. También se puede verter un poco de líquido en una copa vacía para evitar trocitos de corcho en el mismo.
Al descorchar una botella lo primero a analizar es su corcho. Este debe estar ligeramente humedecido por el vino, demostrando que la botella se ha guardado siempre inclinada. Al presionar el corcho se debe comprobar su flexibilidad, su aroma y confirmar que solo huele a corcho ligeramente envinado. Cuando el corcho presenta olores fuertes y extraños, puede haber contaminación en el vino. Ante esta sospecha, se debe servir un poco de vino en la copa y comprobar su olor. Si esto no fuera suficiente, se debe probar el vino en boca y si no resulta agradable se escupe. Se debe rechazar cualquier botella que tenga el corcho estropeado.
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