Publicado el 30 de Marzo de 2016
Si viajas desde Asturias hacia Madrid, (unas interminables y aburridas cinco o seis horas, no te las quita nadie) pues yo, propongo, un viaje divertido e inesperado. Y mucho mejor si lo haces en compañía de la familia o amigos.
La opción no necesita desviarse ni tomar rutas alternativas, solo es necesario algo más de tiempo, para disfrutar más y mejor, y lo más importante, contemplar lo que la vista nos muestra en ese recorrido.
Nada más dejar ese paisaje, que solo Asturias sabe mostrar, nos encontramos con otro totalmente diferente, y si nos fijamos, allí están un sinfín de bodegas, unas más conocidas que otras, en las que podemos ir parando.
Y eso tiene un nombre, sin saberlo, nos adentramos en el enoturismo. Podemos simplemente, entrar, mirar y descubrir todo tipo de caldos, muchos que no se comercializan y solo los venden in situ.
Aún sin ser amantes del vino, es una buena forma de descubrir ese infinito mundo de olores y sabores .Mi consejo es, dejarse llevar y degustar alguna de esas maravillas que nos proporciona ese fruto tan pequeño como sabroso que es la uva. El saber no ocupa lugar, y no dudarán en contestar a todas nuestras preguntas: qué tipo de uva o uvas lleva, (blanca, roja) que nombre recibe, cuál es la mejor época para su recolección, que tratamiento lleva, en que barrica se debe conservar, como es su elaboración...
A menudo, disponen de paquetes con estancias en las bodegas o adyacentes e interesantes tratamientos de salud y belleza. –quien le haría un feo a un masaje cuyo componente principal es el vino, o a un baño de cava -. En definitiva, un placer, para los sentidos, difícil de rechazar. Sentidos, sentidos...y más sentidos. Vista, gusto y olfato se ponen a trabajar.
Descubriremos toda una cultura desconocida, vinos, que ni suponíamos que existieran. Lo mejor, probarlos y elegir, eso será lo más difícil, ¡hay tantos! , y llevárnoslos a casa para luego compartirlos con una buena comida y buena compañía: en este caso, infinitamente mejor, en compañía… o simplemente, abrir una botella sin ningún motivo aparente y disfrutar, que es de lo que se trata.
Será divertido a la vuelta contar y compartir lo que hemos aprendido, nuestras experiencias , mostrar nuestras compras y animarles para que sigan nuestro ejemplo; preparar nuevos viajes por diferentes lugares de nuestra geografía , para seguir deleitando nuestros paladares con nuevos sabores y texturas .
Mi viaje ha sido en esta ocasión , de Asturias a la Meseta, pero , a cualquier sitio que vaya , norte , sur , este u oeste, encontraré un sin fin de rutas con bodegas por descubrir y vinos por degustar: Ribera del Duero, Priorat, Utiel-Requena, Penedés… sin olvidarnos del cava , por supuesto , uno de mis vinos favoritos, que acompaña cualquier comida .
Así pues, practiquemos este turismo, socio-placentero-cultural, (como yo lo denomino) puesto que es social, placentero y cultural, a la par de saludable y divertido.
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